Oportunidades y Riesgos de la Subcontratación, la Privatización y las Sociedades Público-Privadas en la Defensa
Introducción
Muchas de las mismas lecciones que se aplican en las adquisiciones de defensa normales para frenar la corrupción, se aplican también en los acuerdos de contratación menos tradicionales, como la subcontratación (el “estudio de mercado” y las “fuentes en competición”), la privatización y las sociedades público-privadas (APP). Dos constantes son, la importancia de mantener la competitividad, y la supervisión independiente. Aplicando estas dos lecciones, junto a una mezcla específica del país, de herramientas como la integridad, la transparencia, y la fiscalización, se puede disminuir la corrupción al aumentar el coste que pueden esperar los funcionarios oportunistas al involucrarse en comportamientos corruptos.[1]
A los Ministerios de Defensa modernos les preocupan dos cosas:
- La eficacia, creando las mejores fuerzas de defensa posible para satisfacer las peticiones de seguridad, tanto nacional como colectiva; y
- La eficiencia, haciendo el mejor uso de los limitados presupuestos.
El actual entorno económico hace reconsiderar el modo en que la defensa lleva sus negocios. El reto de reestructurar el gobierno para hacerlo más eficaz y eficiente se ha abordado fijándose en el sector privado.
Los miembros de la OTAN y sus socios confían cada vez más en el sector privado, en tres formas:
- Para que proporcione armas y servicios de apoyo (subcontratación);
- Para aumentar los ingresos mediante la venta de servicios y pertenencias sobrantes que ya no se necesitan (privatización); y, particularmente cuando los presupuestos son ajustados;
Solicitando inversiones del sector privado en proyectos y operaciones de defensa (sociedades público-privadas).
[1] Simeon Djankov y Peter Murrell, “Enterprise Restructuring in Transition: A Quantitative Survey,” Journal of Economic Literature 40:3 (Septiembre 2002): 739–92.